Es ampliamente conocida por muchos de nosotros, la acontecida separación ocurrida entre un querido y conocido (lamentablemente fallecido) analista de nuestro medio y el “heredero” de Lacan.
En mi
modesta condición de –lo voy a decir de este modo- “investigador” de la
historia reciente (y no tanto) de nuestro psicoanálisis, me llamó mucho la
atención este episodio –que sorprendentemente resultó casi absolutamente
desconocido entre mis contemporáneos psicoanalistas- acerca de una tormentosa
(supongo) separación entre dos analistas a propósito de una revelación
fundamental para la historia del psicoanálisis.
No es tanto
el episodio de la disputa el que me interesa, sino lo que quedó “reprimido” tras
esta escena que me atrevo a calificar de menor, frente a lo inmenso del
descubrimiento histórico que no merece por ello quedar velado.
Para no
extenderme demasiado, lo digo con todas las letras: la pelea, fue entre Roberto
Harari y el ya mencionado albaceas de Lacan, a propósito de una publicación del
primero en la revista Ornicar?[1]
El documento
histórico inmenso: la carta que Freud enviara a Lacan en respuesta a la carta
de Lacan (conteniendo su tesis de doctorado) a su maestro Freud (Ver la carta original en portugués después de este texto)
Comencemos
por el principio.
“En los
primeros meses de 1984” una publicación invita a Roberto Harari a escribir en
el dossier de dicha revista acerca del caso Aimée de Lacan.
Es en este
artículo que Harari realiza la transcripción de la carta (traducida por él
mismo) que Freud le dirigiera a Lacan.
Son “once
páginas (…), escritas en el “inconfundible” estilo de Freud, y donde éste
muestra, una vez más, su condición de agudo, atento y crítico lector de la
producción psicoanalítica”[2] aún sabiendo que para
Freud, Lacan era ese perfecto desconocido cuya única referencia era que
“descollaba en el círculo psiquiátrico parisino” y donde algunos con una dosis
sin duda excesiva y pedante de orgullo francés, proclamaban el “heredero de
Freud”[3]
Dicha
“separación” se debió a la no- novedosa política caprichosa de dicha
publicación, en el que el artículo mencionado de Harari, fue inconsultamente
cambiado de título en una acción que califica “de facto, señalaba ya un
proceder arbitrario y discrecional por parte del grupo editor (encabezado por
el “heredero” de Lacan)” que “determinó poco tiempo después mi irrevocable
apartamiento de aquél”[4]
De todos
modos, este episodio local y hasta pintoresco no debiera opacar el “enorme”
descubrimiento de Harari de un episodio histórico sobre el que sí merece la
pena detenerse: el encuentro entre Lacan y Freud.
Harari
cuenta en dicho artículo que, a mediados de 1995 le llega una carta en
inglés firmada por Todd Dufresne, investigador de la York University de
Toronto, Canadá, quien compiló una serie de artículos de autores varios para
ser editados en Routledge (en los EE.UU.).
Cito: “En el
libro titulado Returns of the “French Freud”: Feud, Lacan, and Beyond (…) mi
interlocutor tuvo la idea de situar la foto del tarjetón –a la que tuvo acceso
por Peter Swales- como diseño de la tapa de ese libro”
Adjunto la
tapa de la revista Ornicar? 29 en la que aparece la foto de la postal
dirigida a Lacan y firmada por Freud en 1933 donde el ultimo le agradece a
Lacan el envío de su tesis.
Peter
Swales, “debía obtener el consiguiento permiso, que solicitó, según
corresponde, a la Sigmund Freud Copyrights, como entidad encargada del cuidado
mundial de los textos de Freud”
En respuesta
a dicha carta “un autorizado archivista de dicha entidad le responde,
informándole, por cuenta de la SFC (9/5/95), que, en la misma fecha del envío
del tarjetón, Freud le había escrito una larga carta a Lacan, también publicada
en un número posterior de Ornicar? según la traducción (…) del
psicoanalista argentino Roberto Harari” [5],[6]
Dufresne,
enterado de semejante documento –inédito por otro lado- solicita a la SFC la
copia en francés y de su original en alemán, a los fines de poder editarla en
inglés.
Se trataba
de un hecho de enorme importancia para los historiadores del psicoanálisis a
nivel mundial, y dicho sea de paso, aunque de manera no confesada, de validar a
Lacan como el verdadero interlocutor de Freud.
La voz de la
IPA no se hizo esperar y demandó legalmente al poseeder de dicha carta, con el
fin de tomar posesión del original que, obviamente, los lacanianos no iban a
ceder.
Pero además,
como es de suponer, dentro del lacanismo, los herederos de Lacan no tardaron en
poner el grito en el cielo reclamando la legítima posesión de dicho documento
“en salvaguarda de la memoria de Jaques Lacan”[7]
Dufresne
recibe la copia de la carta en francés que, como él aclara “estaba debidamente certificada
como un documento del Archivo de la Sigmund Freud Copyrights” (el 31/5/95)
Harari hace
notar, con acierto, acerca de la sorpresa de Dufresne “notoriamente
sorprendido- cuando no incrédulo- ante la dedicación epistolar otorgada por
Freud a la tesis de un casi desconocido” (entiéndase: Lacan) que por ultimo
entrega una copia de la carta a Mikkel Borch-Jacobsen[8].
Jacobsen
queda profundamente impresionado. Algunos opinan que, encarnizado opositor y
crítico despiadado del psicoanálisis, de tanto investigar los errores de dicho
discurso, ha quedado paradójicamente fascinado por los descubrimientos que él
mismo vió salir a la luz en un análisis subrepticiamente comenzado con un
lacaniano (cuyo nombre persiste en el más profundo secreto) con el fin de
“criticar por experiencia propia lo inútil del freudolacanismo”
¿No es
paradójico, por otro lado que alguien, queriendo descubrir las flaquezas de su
presunto enemigo, termine por descubrir que es el amor al padre lo que
determina sus conductas aún las más encarnizadas o incluso “especialmente”
éstas?
Veremos que Jacobsen
no es el único “converso” en esta historia.
Dufresne,
vía Paul Roazen, se pone en contacto con Harari para ponerlo al tanto de lo
sucedido con la famosa carta. Además, él mismo (Dufresne) se encuentra causado
por dicho episodio y se dispone a escribir un artículo alusivo a fin de “dar
cuenta de su procesamiento teórico”[9].
Son varios
los que quedan “tocados” por la “lettre” (yo mismo en este caso, y es de
esperar que otros. No otra es la misión de este texto) de Freud a Lacan.
“Para
comenzar” –dice Harari- “es sabido que la Biblioteca del Congreso de los
Estados Unidos tiene bajo “resguardo” –Archivos Sigmund Freud mediante-
una vasta serie de textos manuscritos del inventor del psicoanálisis –textos,
cabe decirlo, de variado calibre- los que no deben ser difundidos
públicamente hasta no sé qué lejanas fechas –porque su “liberación” se rige por
una secuencia cuyo criterio es insondable- del siglo XXI”[10]
En una
reciente lectura de las cartas de Freud a Fliess[11] hallé casi por
casualidad que dicha fecha es el año 2020 (En 7 años entonces ¿sabremos “todo”
sobre Freud?)
Harari se
pregunta si esta censura (supuestamente solicitada por el mismo Freud…¿dónde se
halla esta constancia?¿ También está censurada?) de la que la carta en mientes
“escapó”,¿no es también la que se aplica a la obra de Lacan?.
Harari
termina su artículo haciendo una aguda reflexión acerca de las “herencias”.
Lacan no fue
discípulo de Freud en el sentido descriptivo del término.
Pero acaso
¿no fue su mejor lector y en verdad, su destinatario?
EPILOGO
Marie
Bonaparte se sabe, fue la encargada de salvaguardar la obra de Freud, pero además la depositaria de un pedido complicado: destruir todos aquellos documentos (cartas, textos) que
Freud consideraba no eran adecuados para pasar al gran público.
Sabemos hoy,
que, por ejemplo, la correspondencia de Freud a Fliess, fue ofrecida por su
viuda a Freud poco tiempo después de la muerte de su marido, a cambio de las
cartas de Fliess que Freud tuviera en su poder.
Freud jamás
encontró esas cartas, que por otro lado creía haber destruido.
Poco tiempo
después, ante la “imposibilidad” de Freud de encontrar esas cartas (tampoco
Anna pudo encontrarlas en el escritorio de Freud en Londres) la viuda de
Fliess, las vendió.
Marie
Bonaparte pudo rastrearlas y comprarlas. A despecho del pedido de Freud de
comprarlas él mismo para destruirlas, Marie Bonaparte se negó y las conservó.
Entre esas
cartas se encontró una copia de la que Freud recibió de Lacan y la que él mismo
le enviara a Lacan.
Es un
misterio en manos de quién está la existencia de esa copia.
No hay
constancia de caso parecido en la correspondencia de Freud.
Nota agregada el 28/3/2013: El link en el que se puede encontrar la carta "original" :
http://lacan.orgfree.com/freud/textosf/umacartaineditadefreudalacan.htm
La referencia de la publicación en la revista Ornicar? N°33: Une lettre inédite de Freud à Lacan. Traduction, notice préliminaire, épilogue et notes. (Pastiche) / HARARI Roberto. Ornicar?, 06/1985, n° 33. - pp. 150-159
Nota agregada el 4/4/2013: Recientemente, Gabriel Meraz Arriola que practica el psicoanálisis en la ciudad de México, y que publica artículos en libros y revistas y participa en actividades relacionadas con la transmisión del psicoanálisis y es miembro de la École Lacanienne de Psychanalyse, publicó en su blog una nota que se puede hallar en: http://bibliotecadelpsicoanalista.blogspot.mx/2010/03/from-sigmund-freud-to-jacques-lacan.html
Nota agregada el 7/4/2013: Continúo rastreando referencias a la carta y encuentro: https://groups.google.com/forum/?hl=pt&fromgroups=#!topic/grupo-de-estudos-psicanalise/HPhzH0MUut8
Nota agregada el 19/12/2013: Aparece la versión traducida al español de la carta por Damián Morelli Rodríguez http://elpsicoanalistalector.blogspot.com.ar/2013/08/carta-de-sigmund-freud-jacques-lacan.html
Nota agregada el 26/05/2014: Más repercusiones de la carta e interesanta debate mísitco-religioso entre Sergio C Zucca y Michel Sauval https://www.facebook.com/locurasypsicosis.clinicapsicoanalitica/posts/484477455011021?fref=nf
Las colaboraciones serán bienvenidas
Nota agregada el 28/3/2013: El link en el que se puede encontrar la carta "original" :
http://lacan.orgfree.com/freud/textosf/umacartaineditadefreudalacan.htm
La referencia de la publicación en la revista Ornicar? N°33: Une lettre inédite de Freud à Lacan. Traduction, notice préliminaire, épilogue et notes. (Pastiche) / HARARI Roberto. Ornicar?, 06/1985, n° 33. - pp. 150-159
Nota agregada el 4/4/2013: Recientemente, Gabriel Meraz Arriola que practica el psicoanálisis en la ciudad de México, y que publica artículos en libros y revistas y participa en actividades relacionadas con la transmisión del psicoanálisis y es miembro de la École Lacanienne de Psychanalyse, publicó en su blog una nota que se puede hallar en: http://bibliotecadelpsicoanalista.blogspot.mx/2010/03/from-sigmund-freud-to-jacques-lacan.html
Nota agregada el 7/4/2013: Continúo rastreando referencias a la carta y encuentro: https://groups.google.com/forum/?hl=pt&fromgroups=#!topic/grupo-de-estudos-psicanalise/HPhzH0MUut8
Nota agregada el 19/12/2013: Aparece la versión traducida al español de la carta por Damián Morelli Rodríguez http://elpsicoanalistalector.blogspot.com.ar/2013/08/carta-de-sigmund-freud-jacques-lacan.html
Nota agregada el 26/05/2014: Más repercusiones de la carta e interesanta debate mísitco-religioso entre Sergio C Zucca y Michel Sauval https://www.facebook.com/locurasypsicosis.clinicapsicoanalitica/posts/484477455011021?fref=nf
Las colaboraciones serán bienvenidas
Debo decir que me divirtió enormemente (a propósito de la ingenuidad de nosotros los psicoanalistas, cuando se trata de cuestiones de transferencia e idealización) y recomiendo calurosamente su lectura.
Para el que llegó hasta aquí lamento revelar (nobleza obliga) que la famosa carta fué una invención de Harari. Nunca existió. Tampoco son ciertas las referencias de este texto, especialmente las nota 3,5 y 7. Sí lo son las extraidas del texto de Harari.
Si en alemán se dice Unbewusste, en francés con Lacan L' Une-bevue... tal vez las consecuencias de la carta "hallada" por Harari y sus efectos serían... ¿Un-embuste?
Digamos que fuí "contagiado" por lo que él llamó divertimento y me pareció igualmente divertido intentar otro tanto sobre su texto dándole "otra vuelta de tuerca" (¿acaso la novela de Henry James no trata de fantasmas?). Espero que nadie se tome en broma este ejercicio "juguetón" de ficción, pues no tiene ninguna otra aspiración de seriedad que la de seguir hablando... de psicoanálisis.
[1] Ornicar? Nº 33. Verano de 1985. El episodio
calificado por Roberto Harari como “mi irrevocable apartamiento” de aquel que
califica el “ ‘heredero’ de Lacan” está publicado en su libro “Las
disipaciones de lo inconciente”. “La verdadera carta de Freud a Lacan”
(P.175-180). Amorrortu Editores. La cita corresponda a la Pág. 176
[2] Harari, Roberto. Las disipaciones de lo inconciente. Amorrortu Editores. P. 176
[3] Les Cahiers de psychologie politique. Nº12. Adam Kiss. Société, culture et histoire récente. Janvier 2008
[4] Op. Cit. Pág. 176 nota 1
[5] Algunos se han sorprendido, por ejemplo, de la
extensa “Respuesta” de similar longitud que Lacan le diera a Marcel Ritter en
ocasión de una casual pregunta de éste, acerca del concepto de Unerkannte en
Freud a propósito del “ombligo del sueño”. Interrogado Lacan por esta extensa
respuesta, desacostumbrada en él, éste habría respondido: “Si Freud mismo me
respondió en similares términos, quién soy yo (qui suis-je) para negar una
respuesta que por no-tonta (une non sotte) dejaría de importunar a más de un
comedido (modéré)?” Por otro lado, ¿será casualidad la respuesta de Lacan, recordando
dicha “respuesta a Lacan” aludiendo justamente al “ombligo del sueño”, eso que
Lacan denomina lo Real? ¿No hay aquí la operación de una verdadera transmisión
del psicoanálisis?
[6] Ibídem Op. Cit. Pág. 177
[7] Revue Européenne de Psychologie Appliquée. Nº 44. Pág. 134-208. Fevrier 1988
[8] Profesor de Literatura comparada y Francés de
la University of Washington en Seattle, conocido detractor del psicoanálisis. Ver “Freud Wars” y “Le livre noir de la psychanalyse”
[9] Ibídem. Pág. 178
[10] Idem
[11] Sigmund Freud. Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904). Amorrortu Editores. Buenos Aires.
1986